Desde que nos conocimos, la letra, no se deja apresar.
Ella traza su recorrido, en decires cotidianos.
En alguna ocasión nos hemos mirado, de reojo, como sin querer dar cuenta, la letra de mi pulso, yo, del acontecerse.
En el paso adelantado a la propia acción, a tientas, la pupila se asoma a atestiguar lo que, de otro modo, y... a pesar de nos ser dicho, es, entre tenido y suelto
CdB
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